El diputado justicialista Rubén Contreras presentó hace unos días en la Legislatura santacruceña un proyecto de resolución para que se solicite a Pan American Energy (PAE), que informe “en un término perentorio”, las medidas adoptadas para el saneamiento de la contaminación en inmediaciones de la Planta Pias I en el yacimiento Piedra Clavada, en la zona norte provincial.

Básicamente, el legislador exige que la operadora dé a conocer sobre el estado actual en que se encuentra el acuífero freático donde se detectara contaminación en el año 2002, “y cuya fuente de contaminación era la pérdida diaria de 418 m3 de agua de producción desde pileta de proceso, y que fuera desafectada en junio de 2004”.

Además, solicita que informe que si ahora hay otra “fuente activa de contaminación” ante la persistencia de las anomalías, y si se determinó de qué manera afectó al acuífero patagoniano.

Haciendo una síntesis histórica del problema, Contreras recordó que la Subsecretaria de Medio Ambiente en la zona norte de la provincia había solicitado un monitoreo en el año 2004, sobre la ubicación de los pozos del acuífero freático, con que contaban las diferentes operadoras de la cuenca del Golfo San Jorge.

“La empresa Pan American Energy efectúa, ante la Autoridad de Aplicación, el día 7 de julio de 2004, una denuncia vinculada a la detección de anormalidades en el acuífero freático asociadas a la planta de inyección Planta de Inyección de Agua de Secundaria (PIAS) 1, en el Yacimiento Piedra Clavada”, comentó.

Rememoró que “estas anomalías fueron detectadas por la propia empresa en el año 2002 y se encontraban relacionados a la existencia de elevada temperatura y salinidad del acuífero en cuestión”.

DESVIOS

Aquella vez, y por requerimiento de la mencionada subsecretaría, fue aportado por parte de la operadora “una serie de estudios realizados desde la detección en 2002, los cuales asociaban estos desvíos al aporte antrópico de agua de producción al recurso natural. Dichos estudios determinaron elevaciones de la temperatura natural del acuífero (entre 10 a 12 ºC) a temperaturas de hasta 47 ºC y valores de cloruros que rondaban los 635 a 6300 mg/l, siendo que el recurso presenta valores promedios en la zona de 93 a 840 mg/l. Otra de las irregularidades detectadas en este primer estudio fue la existencia de metales pesados, tales como cromo, níquel, plomo, sustancias fenólicas y benceno, todas estas, sustancias relacionadas y atribuibles con la actividad extractiva del petróleo”, expuso Contreras.

En junio del año 2004 la operadora pone fuera de servicio las piletas, empleadas en el proceso de deshidratación del hidrocarburo, ya que se determinó que las mismas “presentaban filtraciones debido al mal estado del recubrimiento plástico de estas”. “A raíz de esto se pudo establecer una pérdida diaria de las piletas al acuífero freático del orden de los 418.000 litros de agua de producción (418 m3/día)”, agregó.

ANOMALIAS

El Estado provincial había recomendado en ese entonces el uso de bombas al acuífero freático “a fin de minimizar el impacto generado por las anomalías detectadas”, aunque la empresa “hasta la fecha no ha efectuado ningún tipo de tarea de remediación y/o disminución de la contaminación existente en el lugar”.

Comentó que las actuaciones labradas por la autoridad ambiental fueron giradas a la autoridad de aplicación de la Ley de Aguas, “quien instruyó un sumario”. Pero, según la información que posee Contreras, “la operadora se ha negado a los constantes requerimientos efectuados por la autoridad ambiental, argumentando que el sumario lo lleva otra autoridad de aplicación”. “No obstante, en el año 2006, la autoridad ambiental siguió monitoreando el acuífero y las condiciones anómalas persistían”, añadió el diputado.

Por otro lado, continuó explicando Contreras, “en los estudios de la Anomalía Salina Fase II y la Evaluación de Riesgo Ecológico, presentados por la operadora en 2006, proponía como solución, la atenuación natural, para la afectación del agua y el monitoreo para controlar que la pluma de contaminación no se extienda y llegue a las márgenes del río Deseado”. El diputado consideró que esta solución, “no es la adecuada, sobre todo considerando que la comprobada contaminación tiene una antigüedad de mas de ocho años, y no existió durante todo ese período, la voluntad por parte de la operadora, de remediar lo ocasionado por la suma de malas prácticas y negligencias en la operación”.

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