Fundado en las recopilaciones de estudios técnicos y científicos realizadas por la Iglesia, el obispo de Neuquén, Virginio Bressanelli, reiteró ayer sus cuestionamientos a la explotación minera y a los nuevos métodos de extracción de gas y petróleo. «Si hay tecnologías que todavía no son suficientemente adecuadas no hay que emplearlas», dijo.

Bressanelli aseguró que «siempre acompañé este tema porque me preocupa porque no sé si está garantizada la vigilancia del impacto ambiental».

El flamante obispo destacó que «no hablamos por el gusto de oponernos sino llamando a la reflexión, pedimos que se reconsideren muchas cosas», a lo que agregó que «les pedimos a los que pueden que hagan una cosa seria, que garanticen el 100% de seguridad porque se juegan el futuro».

El prelado señaló que no se opone a la producción minera y aclaró que «debe ser puesta dentro de un determinado parámetro: la naturaleza no puede ser usada impunemente porque es la casa de todos». Destacó que en la explotación del gas no convencional «muchos elementos químicos hacen que haya una contaminación del agua que se usa y que es irrecuperable; además hay una tecnología de provocación de explosiones en profundidad que no sabemos aún qué repercusión puede tener». Y agregó que «no sabemos quien controla en esa profundidad y si esto se le escapó a Estados Unidos que tiene un organismo especial de control no sé lo que puede pasar en un país como el nuestro». Remarcó que «cuando el afán de la ganancia es lo prioritario, la naturaleza se malgasta y un bien que es común pasa a ser privado injustamente».

Río Negro